Hoy, 26 de abril de 2011, se cumplen 25 años del accidente de la central nuclear de Chernóbil. El suceso conmocionó al mundo y, por primera vez, la sociedad reflexionó sobre los riesgos de las centrales nucleares. Debido a la explosión de un reactor, se liberaron a la atmósfera toneladas de materiales radiactivos mortales para el ser humano, que cubrieron el aire de toda Europa, siendo Rusia, Ucrania y Bielorrusia los países más afectados.
Fallecieron 31 personas de forma directa mientras trabajaban en la central en el momento de la explosión, pero 25 años después no se puede determinar el número exacto de muertos. Muchos habitantes de los alrededores de Chernóbil o los llamados “liquidadores”, que se encargaban de las tareas de construcción del sarcófago que debería de tapar el reactor destruido, experimentaron cánceres y enfermedades relacionadas con la abusiva exposición a partículas radiactivas. Un gran número de personas fallecieron a causa de la "muerte invisible": durante días, meses y años, el pueblo de Ucrania y alrededores respiraron aire radiactivo, lo que fue mortal para su salud.
El día 26 de abril de 1986, en la central ucraniana de Chernóbil se estaban llevando a cabo pruebas para observar la resistencia de los reactores. Una cadena de errores profesionales hizo que a la 1:24 de la madrugada el techo del reactor 4 saltara por los aires. Se produjo un grandísimo incendio y se liberaron millones de partículas radiactivas. La ciudad más cercana a Chernóbil, Prípiat, no fue evacuada hasta dos días después y la noticia del accidente nuclear no fue conocida en Europa hasta el 28 de abril.
Las autoridades no quisieron alertar del accidente a los demás gobiernos para evitar problemas sociales y políticos a la ya casi estrangulada Unión Soviética. En cambio, esto fue otro error más, ya que si la ciudad de Prípiat hubiese sido evacuada inmediatamente después del accidente, muchas enfermedades cancerígenas e infinidad de mutaciones podrían haberse evitado. Y es que mientras los bomberos luchaban por controlar el incendio en Chernóbil y se liberaban partículas mortalmente tóxicas al exterior, los niños de Prípiat seguían jugando en los parques y las mujeres y los hombres seguían trabajando tal como lo ordenaban sus superiores. Esta ciudad es hoy una villa fantasma, ya que no se podrá volver a ocupar hasta dentro de 24 milenios, cuando en el aire no quede ni rastro de partículas de plutonio.
Hoy, en pleno 2011, se ha demostrado que no se ha aprendido la lección. Después del accidente de Chernóbil en 1986 se continuó usando energía nuclear y se construyeron centrales nucleares. Ahora, después del accidente de Fukushima, se sigue usando la energía nuclear y la sociedad no reflexiona sobre sus peligros. Ni los políticos, ni las empresas ni los ciudadanos están concienciados de que debería apostarse más por las energías renovables, para que éstas sustituyan a la energía nuclear. ¿Necesitaremos más Chernóbils y más Fukushimas para darnos cuenta de que la energía nuclear es altamente peligrosa? El debate está abierto.Cuarto Milenio dedicó una emisión especial a tratar esta tragedia que ocurrió hace ya 25 años. El programa se promocionó como Chernóbil «La noche del fin del mundo». Iker Jiménez lo presentó el día 18 de julio de 2008, pero podéis volver a visionarlo en: http://www.youtube.com/watch?v=bSKRSftP68w















